Buscar este blog

martes, 28 de septiembre de 2010

Palestina

Si nací en estas tierras

¿Quién eres tú para obligarme a partir?

¡Resisto!

Mi familia y yo resistiremos hasta el fin, sin miedo a morir,

porque tu prepotencia no podrá más que nuestro derecho a SER

Y nada más

Pudiste ser alguien especial,

pero no fuiste más que otro cuerpo entre mis sábanas,

una gota más de sudor sobre mis pechos,

un movimiento más de mis caderas,

una noche nada vital,

algo nada trascedental.

Y pensar que pudiste ser alguien especial.

Aquel desvelo

Esa noche me acosté como siempre, como todas.

Un sonido llamó mi atención, era tarde y no podía dormir.

Ese sonido eras tú, invisible hasta entonces para mí.

Ese desvelo nos duró hasta el amanecer, no por insomnio sino por el placer de compartir.

Nos desnudamos... esa noche nos entregamos,

pero no a la carne como puede parecer,

fue una entrega total, la verdad que sí.

Supiste un poco quién era yo

y supe algo de quién eras tú.

Si saberlo, arriba, alrededor o no se dónde,

algo pasaba, algo pasó y está pasando, no sabemos qué es,

pero te siento en mí y así quiero seguir.

Ahora mismo

Cuántas personas se estarán diciendo adiós,

cuántos tendrán un orgasmo,

cuántos se están dando un sí eterno frente un altar,

cuańtos están firmando un divorcio;

Ahora mismo... cuántos como yo parados en una ventana soñando, anhelando, queriendo creer de nuevo.


Cuántos abrazarán a sus hijos,

cuántos le darán la espalda,

cuántos rien, cuántos lloran, cuántos cantan, cuántos duermen;

Ahora mismo... cuántos como yo escriben unas líneas, componen una canción,

atrapando una nueva ilusión.


Cuántos piden un deseo,

cuántos ven realizados sus sueños,

cuántos simplemente los dejan ir,

cuántos experimetan el odio,

cuántos la muerte en sus manos,

cuántos la vida, cuántos la fe.

Ahora mismo... cuántos como yo orando por una sonrisa nueva, por un nuevo motivo,

pescando pequeños peces vivos que creía ya habían muerto, convertidos en pescado.

Tras 9 meses

Lo llaman el fruto del amor

y en este caso lo es

9 meses en mi vientre,

padre y madre por primera vez,

tu y yo juntos eperando, juntos estudiando.

Ahora en mis brazos,

a veces cansados pero nunca sin amor,

paso día y noche con ella en mi pecho

y lo que menos quiero es que dejes nuestro lecho.

Si te apartas el cansancio pesará aun más

porque eres parte de mí, parte de ella

¡Quédate cerca!

Que el mar no borre tu huella

que mi dolor sea el tuyo

y nuestra hija... ¡nuestra!

sin ausencias que hagan mella.

Seguidores