Me preguntaron: ¿cuánto apostarías por amor? ¿cuánto perderías? ¿cuánto arriesgarías?
Respondí: ¡Todo!
Me dijeron: Pero si pierdes... ¿volverías a apostar?
Afirmé: ¡Sí! Una y otra vez.
Refutaron: Eso lo dices porque no lo has perdido todo.
Sonreí a medias, suspiré y dije: Sí lo he perdido, repetidas veces entregué hasta lo último que me quedaba, y aunque perdía, cada vez que sentía que podía ganar, volvía a apostar...
Exclamaron: Eso es lo que hacen los ludópatas en un casino.
No dije nada pero pensé: ¡Entonces soy una ludópata del amor!
***La ludopatía se define como una alteración de forma progresiva en el comportamiento de un individuo por una incontrolable necesidad de jugar y apostar, presentando menos importancia a su entorno y las consecuencias negativas que pueden sufrir (quehacemos.wordpress.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario